sábado, 6 de octubre de 2007

Aparta de mí las tostadas!!!

César Vallejo escribió ‘España, Aparta de mí este cáliz’ basándose en la Guerra Civil Española. Según Nietzsche, los seres humanos albergamos en nuestro interior dos fuerzas opuestas que se encuentran en constante guerra, estas son la tendencia al orden (Impulso Apolíneo) y la tendencia a la desmesura o caos (Impulso Dionisiaco).No se el porqué pero últimamente me siento tan descontrolada…tanto así que estoy comenzando a dudar de la autonomía que debería tener gracias a mi Razón. Creo que a todos nos pasan esas situaciones en las que SABEMOS QUE NO DEBEMOS, pero aun así no podemos o simplemente no queremos dejar de hacerlo. Esto puede manifestarse en hechos tan sencillos de la vida cotidiana, puede ser en forma de ansiedad como me ocurre a mí con las ‘benditas tostadas’, con la adicción al MSN o los juegos o como obsesión al no poder quitarse una idea de la cabeza o hasta a veces hasta con el amor…hay tantas formas y son tan diversas. Una sola persona puede experimentar estas situaciones conflictivas en los distintos ámbitos de su vida.
Tú quieres parar, te repites constantemente que eso no es bueno para ti, que debes dejarlo, que ya escapo de los límites de lo normal, pero hay una fuerza que te mantiene allí, ¿Será acaso una tendencia a la autodestrucción? A veces es tan difícil mantener la moderación, es tan complicado controlarnos. Y yo no puedo dejar de preguntarme ¿Dónde está en ese momento la Razón que debe ayudar a dominar mis deseos y sentimientos?, ¿Hasta qué punto realmente soy dueña de mí? Confió que con el tiempo pueda lograr descubrirlo…

5 comentarios:

Katherine Huamán Romani dijo...

Perú, aparta de mi al gringo!

wait
nooooooooooooooooo

Fab dijo...

Por favor, dime..que haces estudiando gestión??

Anónimo dijo...

Lo mismo dogo q hace usted estudiando gestion jjajjajjaa.......xD!!.cuidate mucho y si es muy dificil controlarnos jajjaa

Anónimo dijo...

Ya veo porque esta entrada te gusta más que las demás. Concuerdo con lo dicho por otros comments, que haces estudiando gestion???? jajaXDD. Me identifico con esta entrada, esta muy linda.

Cristina dijo...

JUANMI DICE:

Tu reflexión me parece de lo más acertada y me permite vislumbrar un tema importante: la falibilidad de la razón. Ya Freud nos dice que no somos conscientes de todas nuestras acciones y Nieztsche nos entiende como seres impulsivos que aspiran a la conservación de la especie. Pues estas propuestas apuntan a una crítica contundente a la forma de entender al ser humano que se impone con el advenimiento de la Modernidad. Descartes decía que la conciencia es capaz de conocerlo todo con certeza. Somos sustancias pensantes, por esencia, y aspiramos a la verdad permanente e indubitable, nos preocupamos por lo que podemos conocer con dicha certeza y dejamos de lado todo lo concerniente a nuestra realidad sensible pues de ello no podemos conocer nada. Descartes obviamente no conoció a Freud y no le paso por la cabeza que el ser humano era mucho más que una cosa que piensa. Si algo le debemos a la psicología y al psicoanálisis es mostrarnos la falibilidad de la razón humana y recordarnos que somos seres que sienten.

Uno de los grandes logros de la filosofía del siglo XX ha sido extender la noción de ser humano hacia otras dimensiones adicionales a la de su conciencia. Aristóteles ya lo había entendido en la Antigüedad Clásica: somos animales políticos, que ríen y que ... (me olvide esta), además de seres racionales. Y si volvemos a la psicológía, pues una de las contribuciones más fascinantes ha sido la inteligencia emocional. Esta idea nos dice que nuestras emociones juegan un papel mucho más importante en nuestras decisiones que la razón misma. Si lo vemos desde esta perspectiva, pues es algo cierto: cuando una pared te viene encima no razonas, solo corres por el temor. Ejemplos así abunda, sobre todo, negativos. La cuestión está en formar estas emociones de forma adecuada para que te permite entablar una relación armónica contigo, con los demás (sin importar ninguna diferencia) y con el medio ambiente.

Esta inquietud se ha traducido en un enfoque llamado educación de las emociones. Justo sobre eso versaba mi ensayo ganador. Formar niños y universitarios que aprendan a vivir felices expresando sus emociones sin limitaciones y aprendiendo a comprender las emociones y acciones de los demás. Sobre esto podría hablar mucho más, pero no quiero saturarte.

Solo concluyó, diciéndote que tu inquietud no solo es totalmente comprensible, sino que puedes hallar una primera aproximación en estos enfoques que he procurado exponerte. Sobre todo, con la psicología, que te gusta tanto, creo que podrás sacar algunas conclusiones. Solo me falta decir que no somos "sustancias pensantes", como lo dijo Descartes. Si lo fueramos nos volveríamos locos o nos degradaríamos a meras máquinas. En ese sentido, esos impulsos pues -es cierto, no son parte de tu realidad racional (o por lo menos eso creo)- se enfocan hacia una dimensión emocional, lo cual es (así como la razón) propiamente humano. Imagínate qué sería de la vida sin las emociones, un poco complicado pensarlo. La solución, para mí radicaría, en crear un consenso entre nuestra dimensión racional y la emocional. La razón no lo puede toda por sí misma (he ahí el craso error de los filósofos modernos en su mayoría), necesita de las emociones. La cosa está en buscar llevar a las emociones hacia senderos afirmativos y bonitos para ti, para mí y para todos los demás y que conduzca a generar respuestas -más contundentes que las únicamente racionales- a estas situaciones conflictivas a las que te refieres. Pero para esto se necesita un poquito del ejercicio práctico razón (como lo diría Kant), por lo que entramos a una cuestión paradójica y que brinda sustento para una larga discusión adicional. Ya me enrede. Mejor me callo, ¿no crees?.
JME