martes, 31 de marzo de 2009

En clase de marketing...

Los productos son como las personas. Por ejemplo, ¿Tú qué haces para conquistar a alguien?, me quedo mirando fijamente sin que yo pudiera rehuir su mirada. Moví la cabeza avergonzada, como nunca me pongo cuando me hacen una pregunta en clase y me perdí en mis propios pensamientos. ¿Qué habré hecho yo para que él se enamore de mi? y la respuesta fue: Nada, no hice nada.
Prosigió, al principio siempre existen los detalles: que el mensajito, el correo, las llamadas sin fin, haces de todo para verte deseable, te interesas por su vida, te pones siempre en su lugar, etc. Al principio todo es fácil, lo difícil es mantener ese encanto y que no se pierda con el pasar del tiempo.

Siempre digo que todos los misterios de la vida, o la gran mayoría de ellos, encuentran algún concepto en la Gestión. Debe ser porque se nutre de muchas y tantas ciencias o talvés porque no dejo la bendita manía de relacionar todo lo que estudio con mi vida privada.(Como diría Vallejo: ¡Yo no sé!)
Es simple el razonamiento ex post, pero vaya yo a saber ex ante que las consecuencias de mis acciones iban a tener aquel efecto en él. Cometí el gran error de dar todo por sentado al pensar que siempre estaría allí para mí y ahora no puedo dejar de pensar en ello ni siquiera en mi clase de marketing.

***Les dejo la canción Respiro, que si bien es cierto es antigua, me sigue pareciendo buena.

1 comentario:

Nicolas Castello Arallano dijo...

uh uh uh !

es divertido aplicar el marketing en la vida jajja ummm luego contare algo son las 12 y estoy asi x_X

sigue escribiendo n_n

PD: tkm n_n

té relajante...